8/1/14









Buenos días Cicely! Os habla Chris en la mañana. Por fin se han acabado las navidades. Tras unos días de trajín llega de nuevo la calma de la rutina. La magia de los días normales, la vuelta al trabajo o al estudio, el retorno de los horarios preestablecidos... Los científicos han comprobado que además de las emociones fuertes, de las sorpresas de lo inesperado, la felicidad se oculta también tras esos comportamientos adquiridos y repetidos a diario. Somos mamíferos de costumbres, por eso no es de extrañar que ese rato de radio al atardecer mientras preparamos la cena, o los miércoles de piscina, la lectura de ese libro favorito mientras nos desplazamos al trabajo, etc. sean también momentos de plenitud. Alguien dijo que la verdadera felicidad está precisamente en esos días en los que aparentemente "no ocurre nada", en los que nos encontramos con el vecino paseando a su perro mientras regresamos a casa para descansar de la jornada, o en los que la conversación con un amigo por teléfono nos hace ver que estamos en el mundo, que existimos, que los días van pasando en el calendario, en su momento comprenderemos que con más gloria que pena. Se trata de vivir y por eso cuando a los días de mucho les suceden los días de calma, cuando todo vuelve a su lugar, uno no puede por menos que suspirar y exclamar un ¡por fín! inaudible para los otros, mientras tumbados en el sofá comienza nuestra serie favorita de los martes. Así que feliz regreso a la rutina Cicely, somos ya una navidad más viejos, pero como compensación tenemos el premio de seguir viviendo. Buen cambio ¿no os parece?

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