23/3/16



Buenos días Cicely. ¿Alguna vez has visto la lluvia? ¿Cuánto hace que no oyes llover? ¿Cuándo fue la última vez que sentiste la caricia fría de las gotas de agua estrellándose sobre tu rostro alzado al firmamento para recibir tan preciado bautismo meteorológico? Este que os habla, el viejo Chris, aún recuerda los atardeceres interminables en los siempre verdes bosques de Montana, con mi amor en aquella vaguada donde cada viernes el tiempo se detenía dentro de una tienda de campaña. ¡Qué delicia escuchar entonces el sonido rítmico del agua, tratando de alcanzar nuestros cuerpos desnudos que se amaban. Misión imposible, por cierto, por más que su origen fuese el cielo. Las tiendas de campaña que vende Ruth Anne son más estancas que el Octubre Rojo así que no había cuidado. Después, con el aire oliendo a ozono, asomábamos nuestras cabezas para sentir el frescor del aire recién estrenado. La tarde se convertía de repente en una mañana nueva llena de fragancias. En una ocasión recuerdo que nuestras miradas se cruzaron con la de un cervatillo, que desde la seguridad de su espesura contemplaba aquella extraña roca verde que hacía unos instantes se movía sola. 

Muchas veces he revivido empapándome con el agua de un chubasco veraniego. Muchas también he dado gracias por haber salido con paraguas. Pero ninguna ha podido sin duda compararse aún -y lo digo con dolor pero también con la satisfacción de haber vivido- a aquellos atardeceres en los que fuimos dos almas fundidas en un solo cuerpo. Cuando en el mundo no existíamos más que nosotros, el agua y aquellos cervatillos. Cuando la lluvia misma tuvo celos de nosotros, húmedos también, también liberados hacia la realidad, para hacerle brotar semillas de eternidad a base de besos y caricias.
Desde el otro lado de la radio, para tí que continúas soñando y que has visto la lluvia, te habló la voz de la K-Oso, Stevens, Chris, para todo el condado de Arrowhead.  

https://www.youtube.com/watch?v=solcKIB6gLg

23/1/16











Good morning Cicely! Al otro lado de la radio el viejo Chris, el trovador de las mañanas salvajes de la tierra de las promesas y los osos kodiak. Voy a confesaros algo, hoy durante mi paseo matinal me he sentido hipnotizado por un hecho que no por cotidiano es menos llamativo: la increíble sencillez de la vida de nuestros amigos alados, los pájaros. Es invierno, el mercurio desciende en Harrowhead hasta los veinte o treinta grados bajo cero y una impoluta y gruesa capa de nieve convierte todo en un desierto blanco. El frío congela los suspiros, pero ahí les tenéis amigos, nuestros vecinos alados se las apañan para seguir vivos. De dónde sacaran suficiente alimento para mantener en marcha sus cuerpecillos y poder batir las alas para elevarse por encima de nuestras cabezas. O dónde pasarán las interminables noches árticas, resguardados en qué viejo tocón o protegidos por qué vieja rama de abeto es un misterio. Pero estos pequeños cantores del bosque y también las cornejas regresan cada mañana a las calles de Cicely para recordarnos algo importantísimo: el encanto de la vida simple, como diría el título del libro de Breathnach. Han optado por quedarse aquí, con nosotros. Mientras grullas, cisnes y otras especies huyen del frío ellos confían en su destino y se lanzan cada día al vacío del no saber si encontrarán comida suficiente o de hasta donde llegará el frío en su escalada inversa por los termómetros. Se arriesgan, y la mayor parte de las veces ganan. Y esas pequeñas victorias cotidianas, teniendo nada y esperando nada, me han dejado pensativo esta mañana. Porque quizá muchas veces yo he creído lo contrario: que era necesario tener y esperar demasiado. Mientras la sabia madre Tierra me ponía en bandeja la solución al rompecabezas de mi vida en forma de pequeño tenor cubierto de plumas picoteando el suelo de la entrada de la tienda de Ruth Anne. Esperando la generosidad de los otros, el alpiste que nuestra querida octogenaria les regala cada mediodía. Quizás ahí esté la clave de la felicidad: disfrutar, observar, compartir, confiar, soportar....y esperar que el poder hercúleo de la primavera nos devuelva todo aquello que permanecía ahi, escondido bajo la nieve, pero aguardando regresar. Feliz día Cicely. Os habló Chris in the morning estrenando el 2016.

https://www.youtube.com/watch?v=uBoM_ojLNvU