Buenos días Cicely, una mañana más compartiendo con vosotros
desde la radio esto que llamamos vida. Si siempre hay motivos para mirar al cielo, hoy no podemos dejar de hacerlo cuando la noche se pose sobre nuestros
hogares allá donde estemos. Sí, amigos, porque esta es la noche de las
estrellas fugaces, la noche de los deseos y de la convicción de que nada
permanece, que todo se pasa, a veces a un ritmo tan rápido como esas luces
brillantes que surcan el firmamento a velocidad imposible cuando el verano
comienza ya su lenta retirada, a falta de dos semanas tan solo para septiembre,
que con su ejército de hojas y de nueces recoja todo lo que hayan pdido dar de sí
las vacaciones antes de guardarlas en la lata sin brillo del tiempo transcurrido. Tumbados sobre la hierba,
el tiempo se detiene y fascinados por la increíble visión del firmamento nocturno,
comprendemos lo insignificantes que somos en el cosmos. El vuelo rápido y sorpresivo
de las perseidas nos recuerda entonces la brevedad de la vida, la necesidad de aprehender
esos momentos que hacen que ésta tenga sentido, antes que el sol del nuevo día llegue
para pintar de azul o gris el nuevo cielo.
Kant, el filósofo alemán, únicamente deseó tener el cielo
estrellado sobre su cabeza y la ley moral en su corazón, nada más. Con esto le
bastó.
Puede que nosotros no estemos en el desierto de Atacama, o
en la Isla de Pascua, pero en Cicely también hay estrellas. Solo tenemos que
alejarnos de la luz artificial de la civilización y regresar a las penumbras mágicas
e inciertas de nuestro pasado más natural. La luna, que este año está en fase
nueva, nos ayudara a descubrir estos pequeños meteoritos entre el brillo inmóvil
de las demás estrellas. Tras ellos va una estela de deseos formulados en el
silencio cómplice de la noche. Si quieres sumar los tuyos a esa estrella,
amigo, no dejes de levantar la cabeza hoy, para dejarte hipnotizar por los
cielos líquidos de agosto. La lluvia de estrellas es la mejor excusa, pero no
la única para hacerlo. Descubrirás un
universo inabarcable y mágico, del que formamos parte como un minúsculo puntito
azul en medio de la inmensidad del mundo.
Feliz día Cicely. Os habló Chris Stevens, desde la salvaje
Alaska, la tierra de las promesas y los osos kodiak.
https://www.youtube.com/watch?v=26vJzom3MPs
