3/8/14











Buenos días Cicely! Os habla Chris Stevens, la voz de la mañana en este radiante dia de mediados de verano aqui en las tierras vírgenes de la salvaje Alaska, en la esquina Noroeste de vuestro mapa de la madre patria.
Esta mañana la vida me ha dado una de esas sorpresas que no esperamos recibir pero que nos alegran la jornada precisamente por lo inesperado de los acontecimientos. Eduard, un viejo conocido de mi etapa en West Virginia, cuando mi vieja Harley aún no había rodado hasta este rincón de Alaska, se ha puesto en contacto conmigo después de casi cuatro años de ausencia. Si amigos, cuatro años de silencio que terminan con el simple tono del teléfono anunciando una tregua que quizá nos permita iniciar algo mas que unas conversaciones de paz. Retomar esa relación de amistad que la vida interrumpió con nuevos planes para ambos y que ninguno de los dos se tomó la molestia de comunicar al otro. Eduard, un gran tipo de esos que dejan huella en ti, un seductor nato que sabe encontrar tu punto débil y luego dejarte al borde del camino, aunque sea sin darse cuenta de ello claro està, sin mala intención, y que otro te rescate. Una llamada de teléfono para volver a despertar en ti sentimientos que creías superados, ¿no os ha ocurrido alguna vez? Creemos que nuestro corazón se ha hecho inmune a los flechazos del alado Cupido hasta que aparece de nuevo con nombres y apellidos de aquel viejo amor imposible del pasado, y sentimos de nuevo ese picor inconfundible en nuestra nariz a punto de estornudar, ese aleteo de mariposas en la boca del estómago mientras por la calle todo nos vuelve a hablar de ese sentimiento a veces tan estúpido que llamamos amor. Volvemos a ver a esa persona que antaño nos robase el sueño y vemos que no ha cambiado, que aunque su rostro refleje quizá el paso del tiempo, ella mejora con los años, como el buen vino envejecido en barricas de roble. Y entonces las excusas que nos poníamos a nosotros mismos para dejar partir aquel amor adolescente, aquel cuerpo perfecto que caminaba con elegancia por las calles de la ciudad, dejan de tener vigencia y todo vuelve a empezar de nuevo. Nuestra imaginación vuelve a confundirse con la realidad y nos sorprende de nuevo lo bien que trata la vida a veces a ciertas personas, mientras que con nosotros el paso del tiempo es inmisericorde. Así que aunque quizá no debería decirte esto Eduard, esta mañana mi saludo va dedicado a ti, a tu regreso y a todo aquello que dejamos a medias o sin empezar siquiera. Sé que has cambiado, yo también lo he hecho. Sé que quizá sigo sin estar presente en tu futuro pero dejemos que la vida, que volvió a cruzar nuestros caminos, tenga la última palabra. El viejo Chris continua siendo tan soñador como entonces, y aunque con las ideas más claras, todavía me rindo ante los ataques invisibles del amor. ¿Volveremos a vernos, a reencontrarnos en persona? ¿Será en Cicely o en Virginia? Sé que la vida nos va haciendo más cautos y más duros, pero sabes tan bien como yo que en ocasiones cuando uno ha caminado largo tiempo por el  desierto, llegar al oasis de los viejos conocidos, recuperar la comunicación con los amigos que dejamos por el camino puede ser ciertamente el comienzo de lo que pudo ser como posibilidad para convertirse en un presente ilusionado. Así es que Eduard, Cicely, vamos a probar suerte de nuevo, después de todo aun hay mucho que salvar en esta existencia de cada día. Y una llamada puede ser un buen comienzo,  ¿no crees?..... Feliz día desde el otro lado de la radio amigos!
https://www.youtube.com/watch?v=uq-gYOrU8bA